¡Qué te pasa Soti!.

Año tras año suelo apostar por un jugador del equipo. Un jugador en el que deposito mis esperanzas, en el que creo ciegamente que ese año va a ser su año.

Los dos últimos años mi apuesta ha sido la misma: Enrique Sotillos.



Enrique Sotillos, es un tipo de 190 centímetros, que con el paso de los años ha desarrolado un tirito de 3-4 metros más que decente, que pese a su altura no la bota mal, sabe penetrar (eso sí, rozando la ilegalidad con sus codazos) y que utiliza bien el tablero. Además en defensa no desentona, es de los pocos que defendiendo rinde más en los partidos que en los entrenamientos - curiosamente lo contrario a lo que le sucede en ataque. Coge bastantes rebotes y saber calcular el salto a la hora de ir a taponar. En definitiva, es lo que se llama un jugador completo, un jugador de los que quieres que jueguen en tu equipo y de los que no quieres ser rival.



Hasta aquí todo bien, el problema es que en este año, desde el comienzo de temporada allá por octubre, no ha conseguido brillar y en la mayoría de partidos ha estado bastante desaparecido.

En su mejor partido en ataque no ha superado los 10 puntos y, por ejemplo, en su mejor partido defensivo (partido contra Underground) en el que hizo su tope reboteador de este año (9), se quedó en 0 puntos.

Quizá sea una mala racha, quizá sea porque su trabajo le tiene retenido las 24 horas y no se centra lo necesario, quizá..... no lo sé. Pero lo que está claro es que el equipo necesita al Soti de los entrenamientos, que es cuando se encuentra más distendido y logra olivdarse de todo, y que es donde se muestra imparable en ataque, donde las mete de todos los colores, triples, bandejas, apoyándose en tablero, tiritos a lo Nowitzki de 3-4 metros.

Este año y pese a todo, vuelvo a apostar por Enrique Sotillos.